viernes, 17 de abril de 2009

VALORES ECOCENTRICOS, BIOCENTRICOS,ANTROPOCENTRICOS


Ecocentrismo:
Es una corriente filosófica que surgió a finales del Siglo XX, prácticamente con el concepto de desarrollo sostenible. Esta filosofía se basa en que las acciones y los pensamientos del individuo se centran en el medio ambiente por sobre todas las cosas, tanto en su cuidado y la conservación, es por tanto anti-humanista. Este pensamiento es característico del movimiento ecologista, como expresión extrema se encuentra en el ecoterrorismo.






El ecocentrismo expone un amor hacia la naturaleza
El movimiento ecologista (algunas veces llamado movimiento verde o ambientalista) es un variado movimiento político, social y global, que defiende la protección medio ambiente para satisfacer una necesidad humana, incluyendo necesidades espirituales y sociales. En esos términos, los ecologistas hacen una crítica social más o menos implícita, proponiendo la necesidad de reformas legales y concienciación social tanto en gobiernos, como en empresas y colectivos sociales. El movimiento ecologista está unido con un compromiso para mantener la salud del ser humano en equilibrio con los ecosistemas naturales, se considera la Humanidad como una parte de la Naturaleza y no algo separada de ella.La existencia de organizaciones ecologistas está estrechamente ligada al desarrollo de los sistemas democráticos y al progreso de las libertades civiles. El movimiento está representado por una amplia y variada gama de organizaciones no-gubernamentales, desde el nivel global hasta la escala local. Algunos cuentan con decenios de historia y disponen de importantes infraestructuras a nivel internacional; aunque la mayoría lo forman organizaciones locales de carácter más o menos espontáneo.Está relacionado con la ecología política. Se entiende que el ecologismo es una postura que postula que es necesario hacer modificaciones significativas en las políticas ambientales de todos los estados del mundo. Hay quienes proponen un cambio radical en el sistema de Estado y se niega la necesidad de más desarrollo en el sentido convencional o capitalista, mientras otros sólo proponen un cambio en la política ambiental, y otros un cambio profundo en la forma de las relaciones sociales y ambientales de producción.Posiblemente esta política nace en el momento en que se hace patente el deterioro del medio ambiente a causa de los experimentos o el desconocimiento de la actividad humana. En el informe Los límites del desarrollo derivado del club de Roma, nace la inquietud y surgen multitud de grupos políticos ambientalistas o ecologistas.





Biocentrismo :
Siguiendo con el resumen de tendencias en ética medio ambiental, el biocentrismo pretende considerar moralmente relevantes no sólo a los humanos, sino a toda la naturaleza, la que compartiría con el ser humano la especial característica de “estar viva”. De ahí que el biocentrismo sea una ética centrada en la vida de todo organismo individual, donde cada quien tiende a su realización, a su desarrollo y florecimiento.




Con este planteamiento, el biocentrismo saca del centro de la escena al hombre, para ponerlo en relación y en contacto directo con el resto de las entidades de la naturaleza y, con Albert Schweitzer, declara:“yo soy vida que quiere vivir, y existo en medio de vida que quiere vivir.”Dentro del biocentrismo podemos visualizar una versión extrema de una débil. La versión extrema o “dura” dice relación con no utilizar nunca, bajo ningún punto de vista ni bajo ninguna valoración superpuesta, a otros seres, en virtud de su realización teleológica y el florecimiento de su vida.




En este tipo de biocentrismo, la vida de los seres se sustantiviza para crear entidades con valores ajenos e independientes a las valoraciones humanas, lo que nos priva de herramientas metodológicas para resolver los problemas morales cotidianos de valoración frente a dos seres vivos diferentes: ¿me alimento de un animal vivo o prefiero comer una lechuga? ¿me dejo devorar por las bacterias que me atacan, en virtud del respeto a su fin y desarrollo?Queriendo responder estas preguntas desde lo teórico del biocentrismo, Jorge Riechmann argumenta que todos los seres vivos son dignos de consideración moral en virtud de sus capacidades esenciales y sus necesidades básicas, que son las mismas para todo organismo: prolongar la propia existencia en el tiempo, de la mejor manera posible.




Para él:“Tratar moralmente a un ser vivo concreto consiste en: por lo menos no dañarlo, ni menoscabar sus posibilidades de vivir bien (alcanzar su bien propio, vivir de acuerdo con su télos) y en la medida de lo posible, ayudarle a vivir bien.”Acá sitúa Riechmann el momento material y concreto de la ética, a su juicio el más interesante e infinitamente más difícil, porque lleva a dotar de contenido a una estructura formal cuya premisa es: respetar a todo ser vivo que puede resultar perjudicado por las actuaciones humanas.De ahí que establece que la instrumentalización de los animales para nuestro beneficio es éticamente más problemático que el mismo uso de las plantas, porque los primeros poseen capacidades más elevadas. Pero asimismo, el establecimiento del momento material nos pide establecer precisiones: ¿hasta dónde respetaremos la vida de otros seres vivos? .




En situaciones de sobrevivencia (casi utópicas hoy en día), la complejidad humana sería más digna de permanecer que la de un organismo menos complejo, pero en situaciones que no son de sobrevivencia ¿cómo establecer el punto donde la instrumentalización es inmoral? Para el autor, la respuesta está en el télos (finalidad) del organismo en cuestión, en el florecimiento de sus capacidades esenciales:“no es injusto utilizar a otros animales no humanos como medio para nuestros fines cuando con ello no contrariamos ni hacemos violencia a su télos específico... Si por el contrario, contrariamos el télos del animal y frustramos sus posibilidades de llevar la vida buena característica de su especie, entonces estamos obrando mal.”



-Esta postura se denomina biocentrismo moderado porque considera a todos los seres vivos como dignos de consideración moral, aunque pueda jerarquizarse sin caer en el especismo a través del respeto por el télos de cada organismo. Frente al biocentrismo extremo, el biocentrismo moderado es capaz de operacionalizar la ética y de establecer una manera de resolver las problemáticas derivadas de la ponderación en la importancia de la vida de dos seres diferentes; problemáticas a las que lógicamente nos enfrentamos más de alguna vez en lo cotidiano.Con esta importancia de lo vivo como rasero de lo éticamente considerable, Riechmann nos habla del antropocentrismo epistémico como fuente indispensable de nuestra experiencia ética, porque“en cuanto especie biológica dotada de ciertos mecanismos sensoriales y cierta estructura neuronal, los seres humanos percibimos y concebimos el mundo desde una manera única, antropocentrada, precisamente porque nosotros somos nosotros.”
-Sería imposible pensar desde un lugar diferente del anthropos, porque precisamente somos hombres. El antropocentrismo es una condición ontológica del pensamiento que nos resulta ineludible porque existimos en tal condición.





Valor antropocentrico
es la doctrina que hace al ser humano medida de todas las cosas, su naturaleza y bienestar, son los principios de juicio según los que deben evaluarse hacia los demás seres y la organización del mundo en su conjunto.El término tiene dos aplicaciones principales; por una parte, es un lugar común en la historiografía calificar de antropocéntrico a la cultura renacentista y moderna, en contraposición con el pretendido teocentrismo del Medioevo.




La transición de la cultura medieval a la moderna se concibe con frecuencia como un tránsito de una perspectiva filosófica y cultural centrada en Dios a una centrada en el hombre— aunque este modelo ha sido reiteradamente cuestionado por numerosos autores que han intentado mostrar la continuidad entre la perspectiva medieval y la renacentista.

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